I. LONDON
“This is where my place is on the world.”
And he can’t get inside of it. Jared Leto is juggling the contents of his pockets along with a conversation about the universe, lingering in a London hotel hallway, denied entry to his place in the world—albeit a temporary one, for a handful of evenings, until an airplane pulls him back up off the grid and the phone in his pocket is as hidden from the satellites as much as the lint.
“Fuck. Do you have the key?”
I. LONDRES
"Aquí esta mi lugar en el mundo."
Y él no puede salir de este sitio. Jared Leto está haciendo juegos y malabares con sus bolsillos junto con una conversación acerca del universo, deteniéndose en el pasillo de este hotel en Londres, se le negó la entrada a su lugar en el mundo, aunque de forma temporal solo por un par de noches, hasta que un avión lo lleve fuera de la red con su teléfono en el bolsillo que esta tan oculto de los satélites como la pelusa dentro de su pantalon.
" mierda. ¿Tienes la llave? "
II. LIGHT
Leto has endured multiple 15-hour days, ambling the gloom of British pavements, temporarily red-carpeted for the premiere of Dallas Buyers Club (a film for which he has rightfully been nominated for a Best Supporting Actor Oscar, and likely will have won it by the time you read this). His ability to not blink when a flashbulb shrinks his retinas to pinpoints, is not entirely an instinct, but likely mastered on stages throughout the globe, fronting his wildly popular rock outfit Thirty Seconds to Mars. Here is a man drenched more often than not in luminous floodlight. The lower-lumen sidewalk bulbs for film events are dim to him. One can imagine more evolved future ancestors of Leto’s marveling at how this creature managed to never blink in the face of a bright bulb, or the sun. Or, a challenge, for that matter.
Put another way: the muscles in his eyelids are barely used. Leto always appears aware. His eyes like cavernous wells of clear cerulean through which he can perceive his path; pre-destined and carved onto the parchment of an ancient scroll, the ink dripping down the quill barrel of a coal-black raven’s wing, staining the page like the tattoos that crawl up both Leto’s arms, ending at his neck. He has a map only he can see.
Certainly, this is a bit much. But we stand in the company of an individual entirely inhabiting his moment, and all evidence points to his luxuriating in it. This is a thankful and aware kind of pleasure, though, as a note of gratitude colors his every comment. It is interesting to listen to the soft-spoken Leto casually discuss being awarded over 30 prizes (so far) for his role as Rayon, the transgender AIDS patient who forms a business relationship (and unlikely friendship) with the homophobic and rodeo-rough Ron Woodroof (played by the also-nominated Matthew McConaughey). Leto did not cower recently, in Santa Barbara, when a film-festival attendee spoke out of turn, loudly from the throng, accusing him of “trans-misogyny.” (Leto responded with his own question: “Because I am a man, I don’t deserve to play that part? So you would hold a role against someone who happened to be gay or lesbian—they can’t play a straight part?”) Again, Leto does not blink, inviting the heckler backstage to continue their conversation in private.
So, among the things that have converged upon this place in the world—where Leto now stands, on the wrong side of a locked door in London—also include his recent music video for “Up in the Air” surpassing 17 million views (and counting), his entirely self-made documentary about battling the music industry (Artifact) climbing into the top ten most-watched documentary list on iTunes, and learning there are as many as 30 accolades to collect for a single supporting role, with more to come.
Something is clearly happening. Getting inside of this room is not it.
II. LUZ
Leto ha soportado varios días de 15 horas de trabajo continuo, deambulando en la penumbra de las calles británicas, sobre la alfombra roja para el estreno de Dallas Buyers Club (una película por la que con razón, ha sido nominado para un Oscar al mejor actor secundario y que probablemente habrá ganado al momento de leer esto). Su capacidad de no parpadear cuando un flash da directo en sus ojos, esta entrenado y solo encoge sus retinas que quedan como puntitos, no es del todo como un instinto, pero es probable que lo tiene dominado para los escenarios y presentaciones que hace en todo el mundo junto a su banda de rock Thirty Seconds to Mars. He aquí un hombre que esta encadenado a los reflectores . Las luces y los eventos cinematográficos son parte de él. Uno puede imaginar que Leto heredaria esto de sus antepasados y maravillarse ante esta criatura que logra no parpadear ante las luces brillantes o el sol. Como sea es un desafío.
Dicho de otra manera: los párpados los usa muy poco. Leto aparece siempre consciente. Sus ojos a través de los que puede percibir con claridad su camino; esta predestinado y es como si todo estuviera tallado en un antiguo pergamino, la tinta que gotea de la pluma del ala de un cuervo negro como el carbón, manchando la página de su destino, como los tatuajes de sus brazos terminando en el que tiene en el cuello. Un mapa que sólo él puede ver.
Ciertamente, esto puede parecer un poco exagerado. Pero estamos en compañía de una persona que vive en la totalidad del momento, toda la evidencia lo señala. Este es un tipo agradecido y consciente del placer que esta viviendo y que sin embargo siempre añade una nota de agradecimiento a cada uno de sus comentarios como si se tratara de poner color a lo que dice. Es interesante escuchar la voz suave de Leto cuando habla tan casualmente del hecho de que ha obtenido más de 30 premios (hasta el momento) por su papel de Rayon, el paciente transexual con SIDA que forma una relación de negocios (e improbable amistad) con el homofóbico y aficionado del rodeo el rudo-Ron Woodroof (interpretado por el también nominado a un Oscar Matthew McConaughey). Leto no se acobardó estando en Santa Bárbara, cuando un asistente al festival de cine le decia a gritos entre la multitud, acusándolo ( a lo que Leto respondió con su propia pregunta sobre la "trans-misoginia.": " Acaso porque soy un hombre, no merezco hacer un papel como este? Acaso un actor que sea gay o lesbiana no puede interpentar a un heterosexual? ") una vez más, Leto no parpadea, se invita a la persona que interrumpe que continuen hablando desde el backstage para seguir esta conversación en privado.
Así, entre las cosas que van sucitandose en este lugar en el mundo donde Leto se ubica actualmente, en el lado equivocado de una puerta cerrada en un hotel en Londres, también incluimos su reciente video musical de "Up in the Air", superando los 17 millones de vistas (y contando), su documental totalmente hecho por el done relata sobre su lucha contra la industria de la música (Artifact) que se encuentra actualmente en la lista de los diez documentales más vistos en iTunes y ademas de esto el hecho de ganar nada menos que 30 galardones con un solo personaje con más premios de venir.
Algo está ocurriendo claramente.
Aunque no se trata de poder entrar en esta habitacion.
fin parte 1
Creditos y agradecimientos
http://www.flaunt.com/people/jared-leto/
podran ver la galeria de fotos en el mismo link
Adaptacion al español M&M
No hay comentarios:
Publicar un comentario