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miércoles, 25 de febrero de 2015

Por qué Jared Leto sigue sin ser un icono de estilo (por mucho que se empeñe)


Los Oscar 2015 no pasarán a la historia por su guión. Ni siquiera la aparición en paños menores de Neil Patrick Harris consiguió levantar una gala lenta, un tanto monótona y no muy brillante. Incluso la alfombra roja resultó anodina. Pocos se arriesgaron y pocas enseñaron más de lo que debían. Incluso Lady Gaga (que protagonizó el momento estrella con su homenaje a ‘Sonrisas y lágrimas’) resultó algo conservadora con su vestido de Azzedine Alaïa.

¿Qué recordaremos entonces de los premios que encumbraron a Alejandro González Iñarruti? Para muchos, los Oscar 2015 se resumirán en el día en el que Jared Leto apareció sobre la alfombra roja con paraguas. Y no cualquier paraguas. El suyo podía cubrir sin problemas la mitad de Andorra. Pero esto realmente no basta para ser el hombre más original de la fiesta. De hecho, lo que estaba debajo del paraguas era todavía más sorprendente. Su original apuesta por un esmoquin azul de Givenchy combinado con zapatos blancos abría todavía más la herida. ¡Pero qué diablos llevaba puesto!

DEFENSORES Y DETRACTORES
Llegados a este punto, la cuestión es: ¿realmente puede atreverse Leto a intentar sorprendernos así? ¿Es un ejercicio de estilismo o simplemente pretende descubrirnos su vis cómica? Algunos quieren ver en el actor y otrora líder de 30 Seconds To Mars al nuevo Robert Downey, Jr. con síndrome Jorge Sanz (mayores de 40 con cara de adolescentes). Otros, sin embargo, pensamos que hace tiempo que Leto perdió el rumbo… si es que alguna vez lo tuvo. Analicemos su estilo.

Pese a haber tenido una carrera cinematográfica muy destacable en los 90, con títulos como ‘La delgada línea roja’ o ‘Réquiem por un sueño’, no es hasta el inicio de su carrera musical cuando empezamos a hablar de Leto como icono de masas (sobre todo de adolescentes). Y no sólo es su música lo que nos llama la atención. El actor y cantante empieza ya a destacar como un hombre que se arriesga. ¿Pensabas que su look de Jesucristo Superstar era lo peor que ha hecho? ¡Para nada!

A Leto le hemos visto de prácticamente todas las formas posibles. Si la melena que peina ahora te parece algo excesivo, te aconsejamos que eches la vista atrás y te detengas en 2006 cuando se le ocurrió la peregrina idea de teñirse el pelo de rubio platino y hacerse una cresta. Incluso hubo un momento en el que se tiñó de rosa esta última. Visto esto, lo de la barba y el pelo largo es cosa de niños. Y si crees que lo del esmoquin azul era ya lo último a lo que podía llegar, sorpréndete con su estética hace diez años.

PERO... ¿ÉL PUEDE?
Siempe hemos defendido que un hombre puede llevar lo que quiera siempre y cuando consiga marcar un estilo y éste sea coherente con su trayectoria. Pero no siempre tiene que ser así. El problema de Leto es simple: una ensalada es un plato muy saludable al que se le puede echar de todo. Pero cuando mezclas demasiados ingredientes, se convierte en una bomba de relojería. La ensalada César puede ser exquisita, pero si además de pollo le echas atún, la cosa ya no pinta tan bien. Y esto es lo que le sucede.

Vale que lleves un traje azul y zapatos blancos. Lo podemos pasar. Pero si además vas despeinado y te presentas con un paraguas xxl… la cosa ya se desborda y nos agota. Lo mismo si el maquillaje es excesivo. Y no es lo único. Leto se ha permitido lujos como las camisetas de rejillas, los vaqueros sarouel o chaquetas imposible. Todo esto da un combinado incoherente que resta seriedad a toda su propuesta y a él como personaje.

Debería poner freno al exceso que acostumbra. Fijémonos en el ejemplo que poníamos anteriormente: Robert Downey, Jr. sabe dónde está el límite. ¡Hasta la propia Lady Gaga se contuvo sobre la alfombra roja de los Oscar! Y es que quizás el fallo de Leto fue ese: le pudo más su faceta de cantante y confundió la alfombra roja de los premios de la Academia con los Grammy. Y eso no lo podemos permitir, Jared.

nota original y creditos AQUI



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